Los marcianos de H. G. Wells se imponen al resto de conquistadores espaciales fundamentalmente por dos motivos: porque son los originales y porque son los mejores. Siendo indulgentes con la ingenuidad del planteamiento, literariamente no encuentran parangón con ningún invasor posterior. Además, tienen la virtud de haber conquistado la Tierra en un sinnúmero de formatos. Empezaron haciéndolo desde la misma literatura en la fundacional La guerra de los mundos (1898), de la mano de H. G. Wells, el padre de las criaturas. Después hallaron la forma de colarse en nuestros transistores gracias a la versión radiofónica de Orson Welles, quien en 1938 decidió perpetrar una de las gamberradas más célebres de la historia de los medios de comunicación: narrada desde una óptica periodística, la adaptación de Welles convenció a muchos radioyentes de estar siendo invadidos de verdad por los tipos del espacio [*]. No contentos con todo esto, los marcianos se colaron en Hollywood y sirvieron de materia prima para el rodaje de dos películas dirigidas por Byron Haskin y Steven Spielberg (1953 y 2005, respectivamente), descontando la versión de Asylum. Más adelante resolvieron dedicarse a las matemáticas y sumaron dos y tres al arte cinematográfico para asentarse en el cómic y el videojuego (cabe destacar el segundo tomo de La liga de los hombres extraordinarios de Alan Moore). Obras de teatro, espectáculos y homenajes literarios, como El mapa del cielo de Félix J. Palma, fueron también campos de ocupación para ellos. Por último, los marcianos conquistaron el escenario musical en una adaptación orquestada en 1978 por el maestro Jeff Wayne, postrero de una larga dinastía de artistas.
Una de las láminas que acompañaban al vinilo |
Si
bien fuera del mundo anglosajón su fama no fue demasiado notable, Jeff Wayne's Musical Version of The War of
the Worlds constituye uno de los trabajos de rock sinfónico más emblemáticos
de la historia. Se trata de una de esas grandes obras, llenas de poesía y
majestuosidad, que no trascienden a los campos de lo popular y acaban como
piezas de culto, muy aclamadas entre los musicólogos y melómanos aunque
desconocidas por gran parte del vulgo. Este doble álbum de Jeff Wayne
resulta tan ecléctico que se lo ha clasificado con muchas etiquetas, desde
banda sonora hasta ópera rock, pasando por musical, fusión, electrónica o rock
sinfónico, y ciertamente hay algo de todo eso (aunque de banda sonora tenga
poco [**]). Se trata de un disco épico y potente, rebosante de recursos
experimentales y casi vanguardistas para el panorama musical de los setenta,
con una soberbia orquesta sinfónica, un empleo medido del sintetizador y bastantes
efectos especiales. Pero la base instrumental del disco sigue siendo el rock,
es decir, guitarras (con un pedal fantástico), batería y un bajo que cobra un
protagonismo absoluto en algunos tramos. Un rock auxiliado, eso sí, por vientos, cuerdas
y teclados.
En
cuanto a su valor narrativo, estamos sin duda ante una de las más fieles
adaptaciones de la novela. La música se acomoda perfectamente a la narración. La guerra de los mundos de H. G. Wells
no es la excusa para montar un espectáculo musical de tal magnitud; realmente
constituye la esencia del disco. Hay espacio en la música para el terror, la
incertidumbre, la desolación y la esperanza. Los temas que describen a los marcianos son realmente inquietantes, tan alienígenas como los propios marcianos, y el clásico ulular descrito en la
novela (el celebérrimo u-la!) ha
sido musicalmente adaptado hasta conformar un leitmotiv recurrente que evoca a
la perfección la naturaleza extraña y monstruosa de los visitantes. El primer
disco, más instrumental, se centra en la llegada de los marcianos, mientras que
el segundo narra los acontecimientos de una Tierra en poder de los trípodes y
la maleza roja. Cabe destacar las geniales interpretaciones, tanto recitadas
como cantadas, de los colaboradores de Wayne, músicos y artistas de la talla de
Julie Covington, Phil Lynott, David Essex y Justin Hayward, así como la
estrella del celuloide Richard Burton (quien participa en el disco en el papel
del periodista narrador). En España se lanzó, además del álbum original, una
versión en castellano, narrada por el actor Teófilo Martínez. Personalmente, el
trabajo de Martínez me parece magnífico, pero la alternancia entre las partes
narradas en español y las cantadas en inglés no termina de cuajar. Así y todo,
como curiosidad merece la pena escucharlo.
Trípodes atacando el Londres victoriano |
Con
Jeff Wayne's Musical Version of The War
of the Worlds, mítico doble álbum que pasará a la historia de la música como
la obra maestra que es, los marcianos de H. G. Wells ya pueden darse por
satisfechos. Han conquistado la Tierra tantas veces y en tantos formatos que
pocos les quedan por probar. ¿Alguien se anima con una versión poética o una performance?
*
Menos conocida pero mucho más traumática fue la emisión radiofónica de La guerra de los Mundos en Quito, la
capital de Ecuador, donde la enfurecida masa arremetió contra los estudios
emisores del falso reportaje con palos y piedras, hasta el punto de prender
fuego al edificio y provocar nueve muertes en los disturbios.
**
Aunque a finales de los setenta hubo una reedición del filme de 1953 con la
música de Jeff Wayne integrada, lo cierto es que el álbum que nos ocupa
constituye un trabajo musical independiente, ajeno a la industria
cinematográfica, que bebe directamente de la fuente literaria. Siendo poco
rigurosos, podría considerarse a Jeff
Wayne´s War of the Worlds como la banda sonora de la novela original de
Wells.
***
En 1975, un jurado al cual pertenecían los cineastas Steven Spielberg, George
Lucas y Alfred Hitchcock señaló el trabajo de Jeff Wayne como la mejor
producción musical de ciencia ficción de todos los tiempos.
Buen disco. Recuerdo que me lo pillé en casette cuando apenas levantaba un palmo, y desde entonces estoy enamorado de él. Ojalá hicieran más música de este estilo.
ResponderEliminarHay otros álbumes conceptuales de rock sinfónico o de ópera rock que, sin estar a la altura de este trabajo, son bastante recomendables. Uno de ellos es el "Viaje al centro de la Tierra" de Rick Wakeman, por decirte uno que se asemeje al que nos ocupa. Tampoco podemos olvidarnos de "Spartacus", del propio Jeff Wayne, que aunque está a años luz de "La guerra de los mundos", no es un mal álbum.
EliminarGracias por comentar.
Hola Ramón,
ResponderEliminarGran recomendación. Si alguna vez puedo le echaré una oreja al álbum, tiene buena pinta lo que dices. Pero ¡ay!, qué difícil se me hace ahora dedicar una hora o dos, en exclusiva, a oír un disco como se merece.
Pero yo, que soy un poco tocapelotas, también venía a decirte que Alfred Hitchcock murió en 1980.
Hola, Pedro.
EliminarMe gustan los tocapelotas, sin ellos uno no puede corregirse y mejorar. Ha sido un baile de teclas, la fecha correcta es 1975. Lo cambio inmediatamente, ¡gracias!
En cuanto a escuchar música, yo aprovecho sobre todo los viajes en coche. Pero claro, tú trabajas en casa, y cuando coges el carro supongo que lo haces con toda la familia a cuestas. ¡En tu caso el tiempo no es oro sino mithril!
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl coche es una gran opción, pero los desplazamientos suelen son cortos (lo que limita la escucha a algunos temas y no te deja oír el disco entero, lo cual es aún peor en un disco de este tipo, supongo, que son más "unitarios"). Y supongo que tampoco es el medio ideal para escuchar música, ya que se pierden matices. Pero sí, es de las ocasiones en las que algo oigo.
EliminarLo de que se me haga difícil no es sólo por la falta o no de tiempo (cada vez hay más, los niños se hacen inevitablemente mayores e independientes; por ejemplo, llevamos ya un tiempo a razón de 2 e incluso 3 capítulos de "Mad Men" cada noche, algo impensable hace apenas unos meses). Pero si encuentro una hora, el cuerpo no me pide ponerme música y estarme ese rato escuchando sin hacer nada. Y yo soy de los que no puede leer (ni trabajar) con música. Hubo una época (entre los 14 y los 20 o así) en que sí escuchaba mucho. Y descubrías a un grupo y te empeñabas en ir recopilando toda la discografía, y oyéndola completa. Ahora ya no, definitivamente no la tengo entre mis aficiones principales.
Pero bueno, sigo atento a todas tus recomendaciones (libros, música, juegos), siempre es bueno tener referencias de gente que es de fiar.
Otro abrazo para ti.
Efectivamente este disco, en su calidad de álbum conceptual, forma una unidad tanto musical como narrativa, con unos cuantos leitmotivs que se van repitiendo sin llegar a ser cansinos. Lo suyo es escucharlo de corrido, claro, pero sobre todo lo mejor es reescucharlo una y otra vez.
EliminarPor cierto que Lagartija Nick, quienes creo que te gustan, querían grabar una versión propia de este disco, en directo, y andaban tras los derechos. No sé en qué habrá quedado el proyecto; habrá que preguntarle a San Google.
Si puedes ver dos o tres capítulos al día de "Mad Men", desde luego tu tiempo libre se ha dilatado bastante. Gran serie, por cierto; nosotros vamos a por la última temporada. Te recomiendo "Homeland", es corta y muy recomendable.
Y bueno, gracias por visitarme de vez en cuando y tener en cuenta mis recomendaciones. Bien sabes que soy de gustos frikis, amén de que he orientado este blog fundamentalmente a la promoción de autores patrios de género (leo otras cosas, pero prácticamente solo los reseño a ellos). Más que nada lo hago por destacar un poco en la blogsfera: para reseñas de "Juego de tronos", con darle una patada a una piedra ya te salen diez o doce. :-/
¡Abrazos!